El panorama desolador de las citas en humanidades y ciencias sociales

Los análisis cuantitativos han arrojado luz sobre una situación alarmante en el ámbito de las humanidades y las ciencias sociales. Según estos estudios, aproximadamente el 82% de los artículos publicados en humanidades y alrededor de un tercio de los artículos en ciencias sociales nunca son citados, ni siquiera una vez[1][3]. Estas cifras son ciertamente desalentadoras y plantean serias preguntas sobre la eficacia del sistema actual de publicación académica.

En el caso de las humanidades, la situación es particularmente grave. Con más de cuatro quintas partes de los artículos publicados sin recibir ninguna cita, surge la pregunta de si estos trabajos están contribuyendo realmente al avance del conocimiento en sus respectivos campos. Esta falta de impacto medible podría indicar que gran parte de la investigación en humanidades no está llegando a su audiencia objetivo o no está generando el diálogo académico esperado.

Para las ciencias sociales, aunque la situación es menos dramática, sigue siendo preocupante. El hecho de que aproximadamente un tercio de los artículos publicados nunca sean citados sugiere que existe un problema significativo en la difusión y el impacto de la investigación en estas disciplinas5.

El problema de las autocitas

Es importante señalar que estas cifras, por desalentadoras que sean, podrían ser en realidad mucho peores si se excluyeran las autocitas[7]. Las autocitas, es decir, cuando un autor cita sus propios trabajos anteriores, son una práctica común en la academia y pueden tener justificaciones legítimas. Sin embargo, también pueden inflar artificialmente las estadísticas de citación y dar una impresión errónea del impacto real de un artículo.

El uso excesivo de autocitas ha sido objeto de escrutinio en los últimos años. Algunos investigadores han sido acusados de abusar de esta práctica para aumentar artificialmente sus índices de citación y, por ende, su visibilidad y prestigio académico. Por ejemplo, un estudio publicado en PLoS Biology encontró que entre los cien mil científicos más citados entre 1996 y 2017, había 1085 con un número de autocitas superior al 40%[6].

La prevalencia de las autocitas varía según las disciplinas y las prácticas individuales de los investigadores. Sin embargo, su impacto en las estadísticas generales de citación no debe subestimarse. Si se eliminaran las autocitas de las estadísticas, es probable que el porcentaje de artículos no citados en humanidades y ciencias sociales fuera aún mayor.

La cruda realidad: artículos no leídos

Se ha estimado que aproximadamente la mitad de todos los artículos de revistas científicas nunca son leídos por nadie más que los autores, editores y revisores de los artículos[16][19]. Esta estadística plantea serias preguntas sobre la eficacia y el propósito del sistema actual de publicación académica.

Si la mitad de los artículos publicados no son leídos más allá del círculo inmediato involucrado en su producción, ¿cuál es el verdadero valor de estos trabajos? ¿Están contribuyendo realmente al avance del conocimiento o simplemente están alimentando un sistema que valora la cantidad sobre la calidad?

Es importante señalar que esta estadística no se limita a las humanidades y las ciencias sociales, sino que abarca todas las disciplinas científicas. Esto sugiere que el problema de los artículos no leídos es un fenómeno generalizado en el mundo académico.

Factores que contribuyen al problema

Factores que contribuyen a esta crisis

• Sobrecarga de información: Con el aumento exponencial de publicaciones académicas en las últimas décadas, los investigadores enfrentan una avalancha de información. Simplemente no hay suficiente tiempo para leer todos los artículos relevantes en un campo determinado.
• Presión para publicar: La cultura académica del "publicar o perecer" ha llevado a un énfasis en la cantidad sobre la calidad. Los investigadores se ven presionados a producir un flujo constante de publicaciones, lo que puede resultar en trabajos de menor calidad o relevancia.
• Barreras de acceso: Aunque el movimiento de acceso abierto ha hecho progresos, muchos artículos siguen estando detrás de costosos muros de pago, lo que limita su accesibilidad.
• Falta de relevancia o innovación: Algunos artículos no son citados o leídos simplemente porque no aportan nada nuevo o relevante al campo.
• Problemas de visibilidad: En un mar de publicaciones, algunos artículos valiosos pueden pasar desapercibidos porque no logran captar la atención de los lectores potenciales.
• Diferencias disciplinarias: Las prácticas de citación y lectura varían significativamente entre disciplinas. En algunos campos, especialmente en las humanidades, es más común citar libros que artículos de revistas.

Implicaciones para la academia y la sociedad

• Desperdicio de recursos: La producción de artículos académicos requiere una inversión significativa de tiempo, esfuerzo y recursos financieros. Si la mayoría de estos artículos no son leídos ni citados, gran parte de estos recursos podría considerarse desperdiciado.
• Cuestionamiento del sistema de evaluación académica: Si la mayoría de los artículos publicados tienen poco o ningún impacto, surge la pregunta de si es justo seguir utilizando el número de publicaciones como un criterio principal para la evaluación y promoción académica.
• Dilución del conocimiento: Con tantos artículos publicados pero no leídos, existe el riesgo de que información valiosa se pierda en el ruido, dificultando el verdadero avance del conocimiento.
• Desmoralización de los investigadores: Para los investigadores, especialmente los jóvenes académicos, puede ser desalentador saber que su trabajo tiene pocas probabilidades de ser leído o citado.
• Cuestionamiento del valor social de la investigación: Si gran parte de la investigación académica no está llegando a una audiencia más amplia, se plantean preguntas sobre el valor social de esta actividad, especialmente cuando se financia con fondos públicos.

Posibles soluciones y caminos a seguir

Frente a esta crisis, es crucial buscar soluciones innovadoras:

• Repensar los incentivos académicos: Alejarse de la mentalidad del "publicar o perecer" y desarrollar sistemas de evaluación más holísticos que valoren la calidad, el impacto y la relevancia sobre la cantidad de publicaciones.
• Mejorar la visibilidad y accesibilidad: Fomentar la publicación en acceso abierto y desarrollar mejores herramientas de búsqueda y recomendación para ayudar a los investigadores a encontrar contenido relevante.
• Fomentar la síntesis y la revisión: Dar más valor a los artículos de revisión y síntesis que ayuden a los investigadores a navegar por la gran cantidad de literatura existente.
• Promover nuevos formatos de publicación: Explorar formatos alternativos como resúmenes visuales, podcasts o artículos de divulgación para atraer a un público más amplio.
• Mejorar la formación en escritura académica: Ayudar a los investigadores a producir artículos más claros, concisos y relevantes que sean más propensos a ser leídos y citados.
• Fomentar la interdisciplinariedad: Promover la colaboración entre disciplinas para ampliar la audiencia potencial y fomentar nuevas perspectivas.
• Reevaluar el proceso de revisión por pares: Considerar modelos alternativos de revisión por pares que mejoren la calidad y relevancia de los artículos publicados.

El papel de la tecnología y los nuevos modelos de publicación

La tecnología puede desempeñar un papel crucial en abordar estos desafíos. Las plataformas de publicación en línea, las herramientas de análisis de big data y la inteligencia artificial pueden mejorar la visibilidad y el descubrimiento de artículos relevantes. Además, están surgiendo nuevos modelos de publicación, como la publicación de resultados preliminares o negativos, que tradicionalmente han sido difíciles de publicar pero que pueden ser valiosos para el avance de la ciencia.

La importancia de la divulgación y el compromiso público

Mejorar la divulgación y el compromiso público puede aumentar el impacto y la relevancia de la investigación académica. Los investigadores deberían ser alentados y recompensados por comunicar sus hallazgos a audiencias no académicas. Esto podría incluir la escritura de artículos de divulgación, la participación en eventos públicos, la colaboración con medios de comunicación o el uso de redes sociales para compartir y discutir la investigación. Una investigación más accesible y relevante para el público puede aumentar su impacto y valor social.

El debate sobre la calidad vs. cantidad

El problema de los artículos no leídos y no citados plantea preguntas sobre el equilibrio entre calidad y cantidad en la producción académica. ¿Deberíamos publicar menos artículos pero de mayor calidad? Algunos argumentan que incluso los artículos que no son ampliamente leídos o citados pueden tener valor, ya sea como ideas semilla o como datos para análisis posteriores. Sin embargo, otros sostienen que la proliferación de artículos de bajo impacto está diluyendo la calidad general de la literatura académica y dificultando la identificación de trabajos verdaderamente importantes e innovadores.

Conclusión: Un llamamiento a la acción

La crisis de los artículos no leídos y no citados es un problema complejo que requiere una respuesta multifacética de toda la comunidad académica. No se trata simplemente de un problema de estadísticas o métricas, sino de una cuestión fundamental sobre el propósito y el valor de la investigación académica.

Es crucial que los investigadores, las instituciones académicas, las revistas y los organismos de financiación trabajen juntos para abordar este desafío. Esto puede implicar cambios significativos en la forma en que se produce, se evalúa y se difunde la investigación académica.

Al mismo tiempo, es importante reconocer que las citas y las lecturas no son las únicas medidas del valor de la investigación. Algunos trabajos pueden tener un impacto significativo de maneras que no se reflejan fácilmente en estas métricas. Por lo tanto, cualquier solución debe ser matizada y tener en cuenta las diferencias entre disciplinas y los diversos tipos de impacto que la investigación puede tener.

En última instancia, el objetivo debe ser crear un ecosistema académico que fomente la producción de investigación de alta calidad, relevante y accesible, que contribuya significativamente al avance del conocimiento y beneficie a la sociedad en su conjunto. Solo entonces podremos estar seguros de que estamos haciendo el mejor uso posible de los valiosos recursos intelectuales y materiales dedicados a la investigación académica.