La Inquisición en España: Métodos de tortura y represión
Las torturas llevadas a cabo por la Inquisición Española fueron un oscuro episodio de la historia que tuvo lugar en la época de la Edad Media y la Edad Moderna. La Inquisición Española tuvo sus raíces en la Inquisición Medieval establecida por el Papa Lucio III en el siglo XII para perseguir a los cátaros y albigenses en el sur de Francia. Sin embargo, la Inquisición Española se diferenció en varios aspectos importantes. En 1478, los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, obtuvieron la aprobación del Papa Sixto IV para establecer la Inquisición en España con el objetivo de purgar el país de herejes y herejías. Aunque la herejía religiosa era la principal preocupación, la Inquisición española también se ocupó de otros delitos, como la brujería, la blasfemia y la sodomía.
Los métodos de tortura de la Inquisición
La Inquisición española empleó diversos métodos de tortura para obtener confesiones de aquellos acusados de herejía u otros delitos religiosos. Algunos de los métodos de tortura más comunes incluían:
- La Rueda: La víctima era atada a una rueda y se le daba vueltas mientras un inquisidor la interrogaba. Esta tortura a menudo resultaba en la fractura de huesos y graves lesiones corporales.
- El Potro: También conocido como "el potro español", este dispositivo consistía en una mesa en la que la víctima era atada con las extremidades extendidas. Los inquisidores utilizaban poleas y cuerdas para estirar el cuerpo, causando un dolor insoportable y, en ocasiones, la desarticulación de las articulaciones.
- La Dama de Hierro: Un ataúd de hierro con púas en su interior, en el que la víctima era encerrada. Las púas perforaban la piel, causando un dolor extremo.
- La Tertulia: Esta tortura implicaba la exposición de la víctima a condiciones extremas de calor o frío, con el fin de forzar una confesión.
- El Agua: La tortura del agua consistía en forzar al prisionero a ingerir grandes cantidades de agua, lo que provocaba distensión abdominal y, en casos extremos, asfixia.
- El Torno de Cordel: La víctima era atada a un torno de cuerda que se enrollaba lentamente, apretando cada vez más el cuerpo y causando un intenso sufrimiento.
- La Soga: La víctima era suspendida en el aire por las muñecas, lo que resultaba en la dislocación de los hombros y un dolor insoportable.
- El Corro de Alcázar: Esta tortura consistía en forzar al prisionero a correr en círculos en un patio de la prisión durante horas, días o incluso semanas, hasta el agotamiento extremo.
Es importante recordar que las prácticas de la Inquisición Española eran una manifestación de las creencias religiosas y el contexto político de la época. A medida que avanzó la historia, se produjeron cambios en la percepción y la tolerancia religiosa, y las prácticas inquisitoriales fueron cuestionadas y, en última instancia, suprimidas en el siglo XIX. Hoy en día, se consideran violaciones de los derechos humanos y han sido condenadas incluso por la Iglesia Católica, y la sociedad en general.